¿Cómo abrir tu propia consulta?
Las prácticas médicas privadas son cada vez más populares en todo el mundo, lo cual no sorprende, ya que ofrecen varias ventajas para ambas partes: tanto para el médico que abre su consulta como para los pacientes.
¿Por qué es buena idea abrir tu propia consulta?
Una consulta médica propia es una idea fantástica para los especialistas que deseen llevar a cabo su pasión, es decir, ayudar a los pacientes, pero no tengan ninguna gana de trabajar en centros públicos. Y la verdad es que no es de extrañar, ya que si trabajas por cuenta propia, puedes decidir los precios y el alcance de los servicios médicos que quieres prestar, así como los días y las horas de trabajo. Muchos médicos optan por la comodidad de abrir su propia consulta, ya que de este modo no tienen que supeditarse a los horarios del hospital o el centro de salud, que no suelen ser ideales, y además se ahorran las guardias nocturnas. De todas formas, recuerda que si abres tu propia práctica, tampoco tienes que renunciar a trabajar en la pública.
¿Es complicado gestionar una clínica?
No cabe duda de que gestionar una consulta es una gran responsabilidad. Aunque ofrece numerosas ventajas, no debes olvidarte de que hay que garantizar condiciones seguras y adecuadas, tanto para los facultativos como para los pacientes. Por otro lado, está el aspecto contable. Para ello, recomendamos contratar a asesores financieros que te lleven las cuentas. ¡Así tendrás la certeza de que todo está en orden!
¿Qué hay que hacer antes de abrir una clínica privada?
Antes de abrir tu propia consulta, debes encontrar un loca adecuado para esta actividad. Entérate de las normativas vigentes sobre los parámetros que debe poseer la clínica, como las dimensiones, o la presencia de elementos indispensables desde el punto de vista de la seguridad y la higiene laboral.
Clínica propia: el equipamiento es la base
Una vez hayas elegido local, puedes ponerte a equipar tu consulta. El material médico puede salir bastante caro, sobre todo si quieres invertir en calidad. En esta situación, los préstamos urgentes te pueden resultar útiles, ya que gracias a ellos podrás adquirir todo el equipamiento necesario en poco tiempo. Ten en cuenta que los precios bajos suelen significar calidad baja. Por lo tanto, es posible que el material barato no permita trabajar de forma cómoda o incluso se rompa rápidamente. Es mejor invertir en aparatos de buena calidad, aunque esto implique rascarse el bolsillo más de la cuenta.
Si quieres gestionar tu tiempo sin renunciar a la posibilidad de ayudar a los pacientes, tener una consulta privada es la solución perfecta. Además, al tener tu propia consulta, ¡tú decides las horas que quieres trabajar!