¿Cómo elegir tu medidor de campo?
Los medidores de campo so una herramienta que se utiliza para calcular la intensidad del campo electromagnético o determinados parámetros de una señal de radiofrecuencia.
¿Quieres conocer lo más importante sobre los medidores de campo y descubrir cuales son los mejores medidores de campo? Entonces, este articulo es para ti. Vamos a explicar qué es, quién lo utiliza, los aspectos a tener en cuenta para elegir el más adecuado y cuánto cuesta esta herramienta.
¿Qué es un Medidor de Campo?
Un medidor de campo o medidor de nivel de señal es un equipo (por lo general también se les llama receptores) que se utiliza por los profesionales de la electrónica para calcular la energía y otras cuantificaciones de una señal de radiofrecuencia. Dicho instrumento o equipo es capaz de convertir las ondas electromagnéticas en una imagen y lo demuestra a través de un gráfico. Además de mostrar la imagen y el gráfico, el medidor de campo provee datos como los canales que recibe, la frecuencia con lo que lo hace y por supuesto, la energía de la señal, que es medida en dBµV (Decibelios microVoltio).
Quizás el tema del electromagnetismo no te suena a algo que sea tu asunto o tal vez suena como algo ajeno a tu vida cotidiana. Pero la realidad es que nuestras propias casas se han vuelto campos electromagnéticos cada vez mayores. Ésta es una razón para aprender al respecto.
¿Quién lo utiliza?
El medidor de campo es una herramienta básica de los instaladores de sistemas de telecomunicación. Les ayuda a orientar las antenas de recepción de radio y televisión con el fin de conseguir la mejor señal, tanto para televisión terrestre como vía satélite. También les permite medir la señal que llega a las tomas de los usuarios o en la salida de amplificación de una antena colectiva para verificar que lo hace adecuadamente.
En ocasiones también se utiliza para detectar señales electromagnéticas (normalmente ondas de radio) que pueden interferir con otros canales.
Aunque los instaladores de sistemas de telecomunicación son los que más los utilizan, su uso no se limita a ellos. Los particulares también los usan, principalmente los conocidos como “apuntadores de señal” que es el medidor que sirve para orientar antenas ya sean parabólicas o terrestres. Hacen medidas muy básicas, normalmente indicadas en porcentaje.
¿Cómo elegir un medidor de campo?
Elegir bien un medidor de campo es esencial si no queremos tirar el dinero. Si compramos un medidor cuyas prestaciones se nos queden cortas al cabo de los pocos meses, tendremos que comprar uno nuevo antes incluso de haber amortizado el anterior.
Sin embargo, si compramos uno con muchas funcionalidades y apenas sacamos provecho del 10% de sus prestaciones, nos habremos gastado mucho más dinero del necesario.
Para acertar con la compra, debemos conocer bien cuáles son nuestras necesidades a corto y medio plazo. Para concretarlas, tenemos que saber qué medidas necesitamos que realice ya que existen medidas imprescindibles como la potencia o el MER y otras que sólo se utilizan puntualmente como las medidas de Ecos. También necesitamos determinar el tipo de señales con el que vamos a trabajar.
¿Cuánto cuestan?
El rango de precios de los medidores de campo es muy amplio y varía en función de sus funcionalidades. Por ejemplo, un localizador TDT con sonido y espectro para orientar una antena TDT y captar la mejor señal posible ronda los 100 euros. En el otro lado de la balanza, tenemos los medidores más sofisticados, con más funcionalidades y más complejas que puede superar los 6.000€.
Hay que tener en cuenta que además de las funcionalidades, hay otros 3 factores que influyen en el precio:
Tamaño de la pantalla: cuanto más grande sea la pantalla, más costará el medidor. La principal ventaja de una pantalla grande es que se puede ver todo mucho mejor e incluso se puede simultanear varias funciones a la vez.
Peso: a menor peso, mayor coste.
Autonomía: a mayor autonomía de la batería, mayor precio. Este factor es muy importante porque es vital que el medidor no se apague por falta de batería en mitad de un trabajo.