Conceptos Básicos: Resolución de una imagen
La resolución de una imagen es la cantidad de píxeles por unidad de medida que tiene la imagen (píxeles por cm o por pulgada). Esta medida tiene una importancia fundamental: si es baja, es decir que tiene pocos píxeles por pulgada o cm, al imprimirse, la imagen se verá pixelada, sus píxeles serán visibles y la calidad resultante será mala. Los valores de resolución dependen del uso final que tendrá la imagen que estamos trabajando.
Cuantos más píxeles (o puntos) haya por pulgada más información contendrá la imagen (más precisa), por ejemplo, una resolución de 300 dpi significa que la imagen contiene 300 píxeles de ancho y 300 píxeles de alto, por tanto, se compone de 90.000 píxeles (300×300 ppp). Gracias a esta fórmula, resulta fácil conocer la dimensión máxima de un tiraje.
Las imágenes de alta resolución, al utilizar más pixeles para representar cada unidad de área, normalmente reproducen más detalles y transiciones de color más sutiles que las imágenes de baja resolución al imprimir.
Sin embargo, cuando una imagen se ha escaneado o creado a una resolución baja, incrementar la resolución no suele mejorar la calidad de la imagen, ya que se extiende la información de pixeles original a un número mayor de pixeles.
Para determinar la resolución de imagen a utilizar, se debe tener en cuenta el destino final de la imagen:
Si está produciendo imágenes para visualización en pantalla, la resolución sólo debe coincidir con la resolución típica de los monitores (72 o 96 ppi). La resolución del monitor depende del tamaño del monitor y de su ajuste de pixeles. La resolución típica de un monitor de computadora es de 72 dpi., aunque los nuevos modelos vienen con una resolución aproximada a los 96 dpi.