Neon Blood
Neon Blood, tiene una historia muy sugerente. Nos situamos en el año 2053, en un futuro cyberpunk y distópico. El mundo ya no es como lo conocemos y, como suele ser, todo ha ido a peor. Tenemos dos ciudades enfrentadas: Blind City y Bright City, siendo una el día y la otra la noche. Nosotros nos calzaremos las botas de Axel McCoin, un detective privado que, como suele ser habitual, se verá atrapado en una trama que le queda muy grande y que abarca mucho más que su historia personal.
Análisis de Neon Blood
He aquí el primer baluarte de la historia y de la narrativa, nuestro personaje. Sin duda, lograremos empatizar con Axel McCoin y su situación personal. A pesar de recurrir a tópicos y clichés de historias de detectives, logras conectar desde el minuto uno y su historia es tu historia.
Pero es que además a Axel lo acompañan una serie de personajes que, cada uno con sus características, ayudan a enriquecer más un elenco de vivencias e historias que componen uno de los mejores aspectos de Neon Blood, su ambientación. Entraremos más adelante en el otro pilar que ayuda a esa ambientación, los gráficos, pero quería empezar por la riqueza que destila la creación de sus personajes.
Entrando ya de lleno en lo que jugablemente nos depara Neon Blood, he de decir que son dos los pilares que sustentan el entretenimiento. Por un lado, una aventura, digamos que gráfica en la que nos podremos mover con libertad por los escenarios para investigarlos y hablar con los personajes para hacer avanzar la trama. No es una aventura gráfica al uso, puesto que por ejemplo no tenemos inventario como tal, pero sí que deberemos husmear por todo el escenario para dar la clave con aquello que haga avanzar el juego.
El juego, eso sí, es muy guiado y lineal. Casi en todo momento sabrás donde tienes que ir y que tienes que hacer. Si bien no tendremos un indicador como en muchos de los juegos, la exploración es muy sencilla y será muy fácil el avanzar. Tan solo en una ocasión he tardado algo más en un puzle, en el que teníamos que jugar con unos terminales que elevaban puentes. Pero por lo demás, un juego asequible para todo tipo de jugadores.
El combate es quizás excesivamente sencillo
El otro pilar que sustenta la jugabilidad es un ligerísimo sistema de combates por turnos al más puro estilo JRPG clásico. Tomad las bases de este sistema por turnos y minimizarlos a la mínima expresión: ese es el combate que tendremos en Neon Blood. Realmente no serán muchos los combates que tendremos, pero será un sistema muy básico en el que podremos atacar, defendernos, curarnos, etc. No hay sistema de niveles, mejoras ni nada por el estilo, todo está reducido al mínimo indispensable y, otra vez más, la dificultad brilla por su ausencia.
Aunque hablamos de un sistema de combate muy simple, no nos ha llegado a dar la sensación de estar metido con calzador y todos los combates tienen su porqué. Además, sirve para aportar algo de variedad al conjunto. En algunos de estos combates, al finalizarlos, dará lugar el inicio de una secuencia de quick-time event en el que tendrás que apretar las flechas y los botones requeridos. Nada complicado, pero que da lugar a unas de las animaciones más bonitas en combate con su fino pixel art.
En definitiva, para acabar con el bloque de la jugabilidad, Neon Blood nos propone una ligera aventura con un muy fácil combate por turnos que combina perfectamente y hace del juego algo consistente y que siempre sabe lo que quiere, sin perderse en nimiedades ni en lo accesorio. Si has leído hasta aquí y no te convence ni lo uno ni lo otro, creo que ahora será cuando deberías prestar atención. Su aspecto gráfico es de lo mejor que he visto este año en la escena indie. Recordemos que es un juego desarrollado por un pequeño estudio, amateur y seguramente con no mucha experiencia.
Aun así, han sabido, creo hacerse con un estilo propio y encontrar la ambientación perfecta para recrearlo. El mundo, los personajes, las animaciones… todo rezuma amor y cariño por el detalle gráfico. Aunque muchos estén en contra de este tipo de gráficos, es de recibo alabar la calidad que en mi opinión tiene el juego en el apartado audiovisual. Los escenarios 2.5D y los sprites están muy trabajados. Pero creo además que la guinda del pastel son alguna breve secuencia cinemática donde se deja atrás el pixel art y, como si de un anime se tratara, asistimos a pequeños espectáculos audiovisuales en los que dejarse llevar.
Conclusiones
Otro aspecto mejorable es el tema de la duración. Sabemos que estamos ante una obra que seguramente no haya contado con mucho presupuesto, pero las 3 horas que dura se antojan algo escasas. Y por un buen motivo, porque lo que estábamos viendo/jugando nos gustaba, pero llegar tan pronto al final nos deja una sensación agridulce. Esperemos que, en un nuevo juego de los desarrolladores puedan contar con más recursos y hacer una obra de la misma calidad, pero algo más larga.
En definitiva, y como conclusiones, he de decir que Neon Blood es espectacular en su apartado audiovisual.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Meridiem Games, título actualmente disponible en PlayStation 4, PlayStation 5 (versión analizada), Nintendo Switch, Xbox One, Xbox Series X|S, y PC.