Reseña: Baby Steps

En un mercado saturado de títulos de acción frenética, mundos abiertos repletos de iconos y experiencias multijugador competitivas, Baby Steps aparece como un experimento peculiar que apuesta por lo opuesto: la lentitud, el humor absurdo y la torpeza como mecánicas principales.

Una propuesta distinta

Desarrollado por Bennett Foddy (creador de QWOP y Getting Over It) junto a Gabriel Koenig y Maxi Boch, este juego sigue la historia de Nate, un treintañero sin rumbo que un día despierta en una montaña desconocida. Su misión, aparentemente sencilla, es caminar y escalar hasta la cima… aunque dar un solo paso ya se convierte en un reto monumental.

Mecánicas y jugabilidad

El núcleo de Baby Steps está en el control del personaje. Cada pierna se maneja de forma independiente, obligando al jugador a coordinar movimientos lentos y torpes para avanzar. El resultado es hilarante: tropezones, caídas ridículas y situaciones absurdas que hacen del fracaso parte esencial de la diversión.

El progreso es deliberadamente lento, pero cada metro ganado se siente como un logro enorme. Es un juego que recompensa la paciencia y la práctica, recordando al estilo de Getting Over It, pero con un toque más ligero y cómico.

Humor y narrativa

Aunque la jugabilidad es la gran protagonista, Baby Steps también destaca por su guion y diálogos llenos de ironía y humor sarcástico. Nate comenta su propia torpeza con frases graciosas, lo que ayuda a aliviar la frustración natural que genera un juego tan desafiante. La historia, aunque simple, funciona como acompañamiento perfecto para la experiencia.

Apartado visual y sonoro

El estilo gráfico es caricaturesco, con paisajes coloridos que contrastan con la torpeza del protagonista. La música dinámica acompaña el ritmo lento de la exploración y refuerza la sensación de aventura, mientras los efectos de sonido exagerados (caídas, golpes, resoplidos) intensifican el carácter cómico del juego.

¿Para quién es este juego?

Baby Steps no es para todos. Si buscas acción inmediata o progreso rápido, probablemente te frustres en pocos minutos. Pero si disfrutas de los retos inusuales, el humor absurdo y la satisfacción de conquistar lo imposible paso a paso, este título puede ser una experiencia sorprendentemente gratificante.

Conclusión

Baby Steps es un juego único, desafiante y ridículamente divertido en su planteamiento. Con un humor característico y mecánicas que convierten lo simple en épico, logra transformar algo tan cotidiano como caminar en una auténtica odisea. Un recordatorio de que, en los videojuegos y en la vida, avanzar un poco cada día también cuenta como victoria.

Puntuación: 8/10 – No es un juego para todo tipo de jugador, pero quienes conecten con su propuesta encontrarán una de las experiencias más originales del año.

Diseñador gráfico y web, con ganas de trabajar y aprender todo lo posible de este campo tan variado. Creativo tanto en la vida laboral como personal. Diseñar es el arte de transmitir gráficamente lo que uno imagina. Imagina, crea, diseña.
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